La Psoriasis es una enfermedad inflamatoria, crónica, sistémica, no contagiosa. Se presenta en forma de lesiones rojas, cubiertas por escamas blancas, secas, que se localizan en codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo.
Puede comprometer las palmas de las manos y las plantas de los pies, las uñas, la semimucosa labial y la mucosa genital y, en aproximadamente 30% de las casos, puede devenir en artritis psoriásica.
El proceso normal de recambio de las células de la capa superficial de la piel es de 28 días y en los pacientes con psoriasis este proceso está acelerado y lleva entre 3 y 4 días.
Los factores infecciosos (bacterianos, virales y hongos), determinados medicamentos, el consumo de alcohol y tabaco, el stress, los climas fríos, el rascado o fricción frecuente, cambios hormonales, pueden ser los disparadores de la enfermedad y/o empeorar el estado del enfermo.
La psoriasis afecta entre el dos y tres por ciento de la población mundial.
Puede aparecer en hombres o mujeres indistintamente y presentarse a cualquier edad, tanto en lactantes, niños y adultos.